Deporte a 47 grados: "El calor afecta muchísimo al rendimiento deportivo"

2022-07-22 18:20:08 By : Mr. Rice Guo

Daniel Osanz, corredor de carreras por montaña, Julia Aranda, atleta, y Themis López, piloto de rally, señalan las dificultades a las que se enfrentan estos días mientras entrenan y compiten en plena ola de calor.

Con el asfalto hirviendo y los termómetros en plena ebullición, la ola de calor condiciona pero no detiene el deporte aragonés. A pesar de las elevadas temperaturas, numerosos deportistas de la Comunidad continúan entrenando y preparándose para sus respectivas competiciones. Con el Real Zaragoza y la SD Huesca sumidos ya en la pretemporada, otras disciplinas mantienen su hoja de ruta y trabajan mirando siempre de reojo el termómetro.

Unos de los deportistas que más sufren el sofocante calor son los pilotos de automovilismo. El último fin de semana se disputó el IV Tramo de Tierra de Castelserás en el Bajo Aragón, donde Joan Serrat y Xavier Tort se hicieron con el triunfo bajo temperaturas “asfixiantes”. “Si fuera había 40 grados, en el coche habría 46 o 47. Nosotros tenemos que llevar ropa ignífuga para que si se produce un incendio no nos quememos: el mono, los guantes, calcetines, sotocasco, casco. Vamos completamente vestidos y sin aire acondicionado dentro del coche”, señala Themis López, piloto oscense que participó en la prueba.

Fruto de las altas temperaturas, López sufrió recientemente un susto mientras competía en Lorca. “Me dio un golpe de calor dentro del vehículo y casi pierdo el conocimiento. Afecta muchísimo en este deporte”, recuerda. En esta última competición en Castelserás, el pilotó llevó la situación “más o menos bien” ya que se preparó adecuadamente y sabía a lo que se enfrentaba. “Mientras estás compitiendo, la adrenalina te hace estar alerta y no enterarte tanto del calor. Pero el peor momento, sin duda, es hasta que arranca la prueba, cuando estás dentro del coche, abres la puerta y no corre aire… es el momento más agobiante”, reflexiona.

Con menos prendas de ropa pero con una sensación de calor parecida, Julia Aranda se proclamó recientemente subcampeona de España en 400 metros vallas. En Valencia, según la joven atleta, las altas temperaturas eran “algo más llevables” que en la capital aragonesa. “En Zaragoza entrenaba con 40 grados, allí había alrededor de 35… Lo más adecuado es llevar gorra y beber agua constantemente. Yo lo que hacía era rociarme de agua después de cada serie”, apunta Aranda.

Durante la preparación para este último campeonato, la aragonesa entrenaba siempre por las tardes, sobre las 19.00. “Al principio se pasaba fatal, pero no queda otra que adaptarse a estas condiciones. A pesar de que lo das todo, es una sensación como de ahogarse. Notas cómo te pesa la ropa y sientes que llevas el doble de peso en tu cuerpo”, asegura la atleta, que reconoce que “nunca” había competido en situaciones tan extremas.

Pero si hay alguien en la Comunidad que ha vivido un cambio drástico en sus entrenamientos ese es Daniel Osanz, corredor de carreras por montaña. El último mes ha vivido lejos de su casa, Zaragoza, ya que se ha dedicado a entrenar y competir entre Francia y Austria. En este último país, el aragonés ha entrenado a alrededor de 20-25 grados. “Dormía con edredón a 10 grados. La vuelta a Zaragoza ha sido muy diferente. Entrenar a 38 grados, lógicamente, es muy distinto”, manifiesta.

Mi resumen de mi vuelta a Zaragoza♨️ -De entrenar a 20-25 grados a hacerlo a 37. -De hacer el entreno de la tarde a las 5 a hacerlo a las 20 y media. -De cenar a las 18 y media a hacerlo a las 22 y media. - De dormir con edredón y hoy con 10 ventiladores 🤣 Eso si la comida….🤭 pic.twitter.com/hybTSvmWlT

El subcampeón del mundo de KV viajará próximamente a Jaca para preparar su siguiente competición, que tendrá lugar el 13 de agosto en Suiza. “Ese primer entrenamiento, que es muy exigente con casi tres horas en la montaña, es fundamental realizarlo a primera hora”, explica Osanz. En su caso, la ola de calor afecta especialmente al descanso. “Sobre todo por la noche, el calor lo dificulta muchísimo, es lo que más sufro”, reconoce.

Osanz asegura que prefiere “el calor al frío”, aunque admite que las altas temperaturas generan una mayor sensación de fatiga durante el entrenamiento. “Hay que estar siempre hidratándose”, finaliza.

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