Hotel Saratoga: Un recuento 168 horas después de la explosión (+ Podcast y Videos) | Cubadebate

2022-05-13 19:24:54 By : Mr. Mark chen

En algún punto entre las 10:30 y las 10:51 de la mañana del viernes 6 de mayo, Lázaro estaba buscando el cinto para ponerse un short y salir a la calle. Dos personas vestidas de blanco tenían una entrevista de trabajo. Un grupo de constructores se reunía para trabajar en el plan de la próxima semana. Una jueza recién había llegado a su oficina. Dos madres compraban en tiendas cercanas a casa y una abuela tendía la ropa. De fondo veía el Capitolio. Su nieta estaba en la escuela. “Chao, Ita”, le había dicho un par de horas atrás, antes de caminar las tres cuadras que la separan de clase.

En algún punto entre las 10:51 y el minuto siguiente las paredes temblaron. Todo se llenó de humo. Una arenilla comenzó a sentirse en los ojos. Se cayó un adorno de encima de un refrigerador. Unas fracciones se quedaron sin resolver en una pizarra. La gente subió, bajó, gritó, corrió… Se fue la luz. Los teléfonos fijos dejaron de funcionar. El hotel Saratoga había explotado a las 10:51 con dos segundos, cuatro días antes de su reapertura, luego de estar cerrado dos años por la pandemia. 

🎥 Momento de la explosión en el Hotel Saratoga, frente al Capitolio de La Habana pic.twitter.com/Zot9jMkpPq

El coreógrafo franco-tunesino Radhouane El Maddeb, el compositor italiano Matteo Franceschini y los bailarines de Mi Compañía, bajo la dirección de la coreógrafa Susana Pous, estaban felices. Nerviosos y felices. El 6 de mayo estrenaban en Cuba su obra “Réquiem, Siá Kará”. La pieza ya ha tenido un circuito fuera de Cuba, pero ese viernes era su puesta en escena en el Teatro Martí. Sus creadores llevarían a las tablas habaneras el “siá kará” de las calles cubanas, su “deja de quejarte y vamos pa´ alante”. Esa es la información que podía leerse en Facebook, junto al anuncio de “Evento programado”. 

A las 11 de la mañana, aunque horas antes todos estaban allí para un pase de prensa, ya no quedaba ningún grupo de artistas en el teatro. Todos se habían ido a preparar para la función. Dentro quedaban solo miembros del personal. El sonidista Luis Alain Rodríguez Paradiz era uno de ellos.

“Estaba dentro de la cabina de audio y de pronto siento algo raro que me comprimía. Me faltó el aire por unos segundos. Cuando sentí la explosión salí y empecé a ver cómo se derrumbaban las paredes, marcos y falsos techos. Entonces, me escondí dentro de la cabina, al lado de una pared, lejos del cristal de la ventana. Cuando sentí una calma, salí y corrí hacia el lobby, que estaba desbaratado. ¿Cómo bajé y salí del lugar? No lo sé. Pasé por dentro de todos los escombros”.  

Horas más tarde alguien editó una publicación en la página de Facebook de la compañía. “Evento cancelado”, se lee. 

Interior del teatro Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Entrada de la escuela primaria Concepción Arenal, con más de 300 estudiantes, afectada parcialmente por la explosión del hotel Saratoga. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

—Profe, ¿qué es esto? ¿Qué pasó?

—No sé, no sé. Vamos a ir bajando la escalera. Despacito. Despacito. No se vayan a lastimar. 

“No te puedo explicar, tenía unos sentimientos encontrados. No veía nada. Me desesperé porque no veía nada. Pensé en todos y no veía a ninguno. No se veía nada de nada. Mucho polvo. Sentía solo sus voces y la gritería, y cómo me llamaban.

“Las ventanas se fueron con la junta y todo. Las sillas todas para arriba. Los bombillos colapsaron. No se veía nada. Polvo, mucho polvo. Y desesperante. Tantos niños bajo tu responsabilidad. Y tratar de que a ninguno le pase nada. No era nada fácil”. 

La profesora Yudelkis Barredo. Foto: Andy Jorge Blanco/ Cubadebate

Prado 617 tiene tres pisos y Vivian Mela vive en uno de ellos. Pero cuando el edificio tembló, los cristales se rompieron y el adorno de su refrigerador se cayó, ella corrió escaleras abajo a ver cómo estaba su mejor amigo. Juan Carlos es el delegado de la circunscripción y vive en Prado 609, el edificio ubicado justo al lado del Saratoga que quedó destruido tras la explosión.  

Del apartamento de enfrente de Mela una vecina salió corriendo a buscar a su hijo a la escuela. Otro salió descalzo a por el suyo. A otra le dio por salir al balcón y mirar. Ver el humo negro saliendo del hotel y llorar. Dentro de Prado 617 no se veía nada. La nube de polvo llegaba hasta allí. 

“Nos mandaron a salir porque podía haber un escape. Yo pensé que había explotado una bala de gas. También pensamos que podía haber sido un derrumbe. Cuando bajamos había gente que decía que habían explotado las calderas, pero en realidad no sabíamos qué había pasado. Era un olor que yo jamás había olido. No te lo puedo describir”, nos contó Mela, más de 24 horas después, casi a la medianoche. A esa hora limpiaba el polvo que seguía entrando por las ventanas y no podía dormir.

Katerin Marrero, Vivian Melo y su hija, vecinas de Prado 617. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Mientras conversaba con nosotros en la puerta, cuatro de sus vecinos se mantenían mirando al hotel desde el balcón. En el Saratoga todos tienen fija la vista desde las 10:51 de la mañana del viernes 6 de mayo. En una semana se contabilizarán 99 personas lesionadas y 46 fallecidos.

La cuenta oficial de la Presidencia de Cuba asegura que “las investigaciones continúan y todo indica que la explosión fue ocasionada por un accidente”. Según informaciones ofrecidas a la prensa por Alexis Acosta Silva, intendente de La Habana Vieja, “se estaba habilitando una bala de gas licuado en el hotel. El cocinero siente el olor a gas, revisa las conexiones y descubre que hubo una fisura en la manguera de abastecimiento.  Eso fue lo que provocó la explosión. El hotel estaba cerrado y solo se encontraban dentro trabajadores de servicios”.

Del otro lado del túnel, el hijo de Mela también escuchó la explosión. Trabaja en La Cabaña y allá dice haberla oído, “como si fuera una goma de camión que se reventó”. Cuando lo llamaron vino corriendo y se puso a ayudar con varios vecinos en lo que hiciera falta. 

Prado 617. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Uno de ellos es Lázaro Armando Acosta Moreno. Tiene 25 años y un tatuaje en el hombro derecho. Un tatuaje y un corte. Se lo hizo mientras, junto a otros muchachos, levantaba una guagua Transtur, parqueada al costado del Saratoga, para sacar al chofer que había quedado atrapado. “Uno, dos, tres, ¡vamos!”, se decían entre ellos para entre todos levantar el ómnibus.

Minutos antes de estar levantando una guagua y sacar a una persona con la cara llena de sangre, Lázaro estaba buscando un cinto en la barbacoa de su casa. Debajo estaban su mamá, su hermana, una vecina y su hijo más pequeño. De modo que, cuando todo pasó y “parecía que se había caído el edificio, que había caído una bomba aquí adentro”, salió sin zapatos, sin camiseta y sin nasobuco. 

Lázaro y otros muchachos también entraron al hotel a intentar ayudar y “sacar personas con vida”, pero la policía y los bomberos los sacaron rápido de allí. Podía haber peligro de derrumbe. Dentro del hotel no se veía nada. El humo era espeso. 

Lázaro Armando Acosta Moreno. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

—Que usted me envíe técnica del SIUM al lugar. Se fue completo la parte lateral del Saratoga.

—La técnica del SIUM avanza hacia el lugar. Ya se coordinó con el Centro de Dirección del SIUM y avanzan varios medios del SIUM al lugar. ¿Copió? 

—Así como técnica del “Z99” (Policía).

—Correcto. ¿Estamos hablando que es el desplome de una de las partes del hotel Saratoga?

—Tenemos una escuela aquí y vamos a evacuar la escuela, vamos a evacuar la escuela completamente. Hay mucho pánico aquí. ¿Recibió? Es necesario ahí que usted me vaya enviando la técnica de rescate urgentemente. Urgentemente la técnica de rescate. 

Intercambio entre los primeros bomberos en llegar al #HotelSaratoga y Puesto de mando del Cuerpo de Bomberos. Gracias a uds también por tanto esfuerzo y sacrifico. #FuerzaCuba pic.twitter.com/1GruGriXox

— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) May 7, 2022

A las 10:52 con 23 segundos los dos carros de primeros avisos del Comando 1 de Bomberos estaban llegando, casi a la misma vez, al Saratoga. Hacía solo poco más de un minuto que a dos cuadras de allí, en Zulueta y Corrales, esos mismos bomberos preparaban una actividad por el Día de las Madres.

Creyeron que era una bomba. Fue lo primero que pensaron muchos trabajadores del Tribunal Provincial Popular de La Habana, en Prado y Teniente Rey. La explosión sonó cerrada y no olía a gas. “La gente empezó a llorar y llorar. Había muchos padres vueltos locos, llorando y gritando, porque no encontraban a los niños. Dijeron que saliéramos porque podía haber una segunda explosión. Toda la gente salió corriendo, Prado abajo”, cuenta el presidente del tribunal, Yojanier Sierra Infante.

Toda la sede del tribunal quedó vacía. Los papeles sobre el buró, la taza de café sin tomar. Y en medio de eso, los gritos, el pánico y el llanto, la incertidumbre de no saber qué pasa, de no comprender aún por qué todos corren por las escaleras oscuras hacia la calle y se encuentran en Prado a los niños llenos de polvo, heridos algunos.

“¡Busquen a los niños! ¡Busquen a los niños! Que no quede ninguno en la escuela”, se oyó decir a muchos. “Al frente del hotel hay una escuela primaria, coño”, “saquen a todos los niños de allí”… Los padres llegaron corriendo, con el desespero de no saber dónde estaban sus hijos, hasta que se encontraban y se fundían en un abrazo duro, seco, y rompían en llanto.

Yuleydis corrió desde el tribunal –a donde había llegado 30 minutos antes de la explosión– hasta la escuela. Miró al cielo y se hizo la pregunta que nos hicimos muchos: “¿será una bomba?”. Una nube de polvo y humo cubría toda la calle y la gente abandonaba la zona, espantada, intentando ponerse a salvo; otros se acercaron al Saratoga, intentando encontrar personas con vida, heridos quizás, pero vivos. Era la esperanza. La jueza Yuleydis Maceo Ballá, presidenta del tribunal municipal de La Lisa, llegó a la escuela Concepción Arenal y ayudó a evacuar a los pequeños. Los niños son también la esperanza. La esperanza del mundo entero.

Vio a un pequeño, asustadísimo, tembloroso, herido en la cara por los cristales que se desprendieron tras la explosión. Y ¿quién puede contener el llanto cuando se ve a un niño herido? Yuleydis lo cubrió con su ropa, corrió con él para el lobby del tribunal y regresó a buscar más niños hasta que, entre todos, lograron trasladarlos hacia diferentes puntos: el parque del Cristo, el Parque Central y el Capitolio.

Realizan labores de limpieza en la escuela primaria afectada. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“El último en salir de la escuela fue el director que estaba herido. Me preguntó qué tenía en la espalda. Logré subirle el pullover y tenía una herida provocada por una viga o cristal de los que se desprendió. Explotaron puertas y cristales. El director preguntaba todo el tiempo si ya habían salido todos los niños.

“Los padres luego pudieron encontrarlos y nosotros fuimos guiándolos. Muy nerviosos todos. No sabíamos en ese minuto qué había sucedido ni lo que había provocado semejante situación. Algunos padres se desmayaron, otros no aguantaban los gritos”, recuerda la jueza.

Luego, cuenta, varios trabajadores del tribunal fueron hasta los escombros para rescatar a quienes estuvieran atrapados allí. Enseguida llegaron los bomberos, las ambulancias, los rescatistas, una camilla detrás de otra, las sirenas que no paraban de sonar, el peligro de una segunda explosión. De vez en vez, entre el humo, destellaban unos cascos y chalecos naranjas. Largas filas de cascos, formados, corriendo. La gente les abría paso.

Los obreros del proyecto Payret llegaron de inmediato al hotel Saratoga. Foto: Twitter/ @YelizabetM.

A las 10:00 a.m del 6 de mayo la dirección del proyecto Payret estaba reunida, como cada viernes, haciendo el plan de la semana. Casi una hora más tarde se iría la corriente y una explosión estremecería las oficinas de las “facilidades temporales” en la calle Zulueta.

“Pensamos que había sido en nuestra obra, porque tenemos varias grúas y estamos estabilizando una fachada. Incluso pensamos que había explotado un transformador”, nos dijo Geosvanys Hernández López, el director del proyecto. 

Salen asustados y ven que la obra está intacta. Pero había una humareda. “En principio, pensé que salía del edificio que está en ruinas frente a la unidad de la PNR situada en calle Dragones. Me dije: ‘se derrumbó el edificio’. Entonces salimos corriendo y en ese instante, alguien dice: ‘la humareda está saliendo del Saratoga’. Hasta que pudimos ver la primera parte del derrumbe, la multitud”. 

Minutos antes, Reinier Navarro colocaba unas cabillas en el tercer nivel, en el área del antiguo cine Payret frente al Capitolio, a una cuadra del Saratoga. Se asusta al sentir la explosión, “porque fue algo inusual”. Por la ventana ve humo y gente corriendo. “Vamos que esto no es normal, algo hubo ahí”, le dice a sus compañeros. Luego recordaría aquellos años de trabajo como técnico en rescate y salvamento. 

Hombres con chalecos y cascos blancos y naranjas llegan de inmediato al Saratoga a apoyar en lo que hiciera falta. Ricardo Reyes Díaz, el coordinador general del proyecto, es uno de ellos.

“Los primeros que nos reunimos allí entramos a la escuela. La mayor parte de los niños ya había salido, pero faltaban algunos. Estaban muy asustados y en silencio. Se sentía la bulla de la gente, pero la bulla de los niños no se escuchaba. Eso fue muy impactante. Se veía mucha destrucción en la escuela. Había sangre”, dice este informático de 35 años de edad.

Madres de los niños de la Escuela "Concepción Arenal" Foto: Andy Jorge Blanco/ Cubadebate

—Corre para arriba que el hotel Saratoga se cayó.

Cuando Katerin Marrero logró salir de la tienda Harris Brothers, luego de que se estremeciera el piso, los cristales temblaran y recibiera una llamada diciendo que el hotel ubicado en la esquina de su casa había explotado, pensó que había perdido a su hijo. Yosmany está en quinto grado y pasadas las 11 de la mañana se abrazó a su madre en la acera del Capitolio y le dijo: “Sácame de aquí, mamá”.

Obreros del proyecto Payret apoyan en las labores de rescate y salvamento. Foto: Twitter/@ReynaldoCuba2.

Un cordón policial rodea el lugar. Habían llegado al instante, desde la unidad de la PNR de Dragones y del cercano laboratorio de Criminalística. Otro grupo de obreros levanta piedras inmensas para sacar a personas atrapadas. Había cadáveres y gente pidiendo auxilio entre los escombros y el polvo.

Geosvanys se encarga de organizar el respaldo: “Mueve este equipo para acá, organiza las brigadas. Había que ‘contar nuestros pollitos’, porque había un peligro inminente de que el edificio siguiera derrumbándose. También estaba el riesgo de que explotara el carro cisterna. En ese minuto no sabíamos qué había pasado”.

Junto a la PNR, los obreros del Payret tratan de evitar que más gente, con el ánimo de ayudar, se metieran en el lugar y resultaran heridas. 

“Había mucha población civil involucrada y eso conmueve, porque uno no espera que en una situación tan difícil la gente tenga esa valentía. Se veía a gente de calle, humilde. Había también médicos. Vi al menos a dos personas con batas blancas, muy abajo de la galería del Saratoga sacando a las primeras personas que pudimos”, cuenta Ricardo. 

Los camiones rojos del Comando de Bomberos ya habían llegado cuando Reinier se convirtió casi en uno de ellos. “Fue una experiencia muy desagradable. Vi mucho dolor”. 

Desde el proyecto Payret traerían luego varios equipos para comenzar con las labores de movimiento de escombro. Sus grúas fueron las primeras que intentaron mover el camión cisterna, pero se tuvieron que buscar otras de mayor capacidad. Hasta tarde, ayudando en todo lo que se pudiese, estarían ese día los obreros de chalecos y cascos blancos y naranjas.

Trabajadores del proyecto Payret. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“Estábamos en la tienda La Isla de Cuba y sentimos una explosión. Lo menos que nos íbamos a imaginar es que era aquí al lado de la escuela de los muchachos. De pronto se escuchó un silencio y se oyó una explosión más grande. Ahí ya la gente salió corriendo para abajo a protegerse porque dijeron que estaban tirando bombas. Y nos mandamos a correr. Pero cuando logramos subir para Monte y ver lo sucedido vimos que estaba el Saratoga completamente destruido y los cristales de la escuela y sin puertas y nos mandamos a correr para ver a los muchachos. 

“Tu veías a algunos con sangre en la camisa, en la cara. Alterados, gritando. Fue un momento desesperante. Gracias a Dios que no sufrieron muchos daños porque para como quedó la escuela era para que muchos niños estuvieran afectados. Los muchachos de primer grado, que dan clases al lado del hotel, gracias a Dios están vivos. Eso se fue completamente abajo. 

“Verdaderamente el momento hay que vivirlo. No se puede describir con palabras. La angustia que te cae es demasiada. Y uno corriendo. No ves a tus hijos. Te decían que estaban en un lado, ibas, y luego los habían corrido para otro lado. Los sacaron en minutos, lo más rápido posible. 

Desde el segundo piso de la escuela primaria Concepción Arenal, afectada parcialmente por la explosión del hotel Saratoga. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“Yo tengo dos. Uno en sexto y otro en cuarto grado. Josué Marcelo y David Manuel. Cuando llegué los dos estaban juntos porque el mayor bajó para el aula del más pequeño y se quedó con la maestra. Los encontré aquí mismo con la profe Anabel que los tenía a todos agarrados y abrazados, llorando y diciendo `mis niños, mis niños`, buscando a ver si le faltaba alguno, y gracias a Dios todos estaban aquí. 

“Los maestros actuaron rapidísimo. Yo no sé cómo lo hicieron en esa situación. No eran uno ni dos. Era un aula entera y que todos estuvieran bien...

“Cuando vi a los míos el pecho se me comprimió. El mayor no está tan afectado, pero el más pequeño sí. No quiere ni saber de la escuela. Tiene miedo de que pueda suceder algo así de nuevo. El más chiquito se me partió en llanto cuando me vio. Verdaderamente doloroso”.

Silvia Cala. Foto: Andy Jorge Blanco/ Cubadebate.

Silvia Cala es la abuela de Helen. Apenas sintió la explosión se quedó unos segundos en shock hasta que reaccionó. Su nieta está en sexto grado y estudia en la escuela frente al hotel. “Ay, Dios mío. Yo no sabía ni qué iba a hacer cuando vi el humo. Me dio un ataque de nervios. Empecé a llorar y gritar. Cuando me di cuenta de mi nieta Helen me desprendí. Bajé escaleras abajo como si me comiera cada escalón”.

–¡Ita! –le respondió la niña y se abrazaron.

En algún punto de la tarde noche del viernes 6 de mayo, a la misma hora que estarían haciendo sonar las tablas del Teatro Martí, los bailarines donaron sangre. Los vecinos de la calle intentaron ayudar y esperaron en los bajos del edificio para subir a casa. El dueño de una cafetería cercana les llevó merienda y comida. Un matrimonio viajó de Cojímar al Saratoga con un termo de café para los rescatistas. Los padres recogieron las mochilas de sus hijos de entre los escombros de la escuela.

Decenas de familiares esperaban noticias en los alrededores del hotel. Silvia miraba al Capitolio desde el balcón, Helen se le abrazaba, mientras le decía: “Ita, Ita”.

Una semana después del accidente, 46 familias necesitan ese abrazo. En el Saratoga y en el edificio contiguo quedaron intactos espejos, cuadros, unas tazas de café sobre una mesa, las sábanas y algunas camas tendidas, una foto de 15 y un sombrero, como si no hubiese sucedido nada, como si desde las 10:51 de la mañana del viernes 6 de mayo no se hubiese estremecido toda Cuba y la gente sintiera, desde entonces, que el dolor por el siniestro del Saratoga tiene al país en luto.

La foto de 15 y el sombrero que permanecen intactas en viviendas contiguas al hotel Saratoga, en La Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Afectaciones por la explosión en el hotel Saratoga, de La Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Afectaciones por la explosión en el hotel Saratoga, de La Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Afectaciones por la explosión en el hotel Saratoga, de La Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Afectaciones en las puertas y ventanas del teatro Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“Parecía un día normal de trabajo”: Testimonios de trabajadores del Saratoga (+ Video)

Hotel Saratoga: Cuba busca vida bajo los escombros (+ Fotos)

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Contacto: dinella@cubadebate.cu En Twitter: @dinella_garcia

Jefe del Departamento de Producción Multimedia e Innovación de Cubadebate y la Mesa Redonda. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu En Twitter: @edctamayo

Periodista de Cubadebate. Graduada en la Universidad de La Habana (2014). Trabajó en la Agencia Cubana de Noticias del 2011 hasta septiembre de 2018. Contacto: lissett@cubadebate.cu

Gestor de Redes Sociales en Cubadebate. Licenciado en Periodismo de la Universidad de Holguín en 2018. Contacto: jorge@cubadebate.cu En twitter: @jsrobles94

Periodista de Cubadebate. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en 2020. Trabajó como redactor multimedia de Telesur (2019-2020). En twitter: @ajblancocu

Fotorreportera de Cubadebate. Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana (2014). En Twitter: @irenepperezz

Correo (no será publicado):

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Que triste. Algún día habrá que escribir un libro sobre esta tragedia y las historias de los valientes que estuvieron más de 100 horas allí, de los vecinos, de los niños y hasta de los perros rescatistas. Gracias por contarlo. Cuba está de luto.

Mientras leo corren lagrimas por mis mejillas, es algo que no se nos va a olvidar nunca, La Habana Vieja se estremeció, ese retumbar no se me quita del pecho todavía, desde ese día se ha ido la felicidad de mi alma, solo quisiera poder abrazar a todos a todos, pero me es imposible, solo queda seguir y pedir por esas almas y esas familias que algun día alivien su pena. #FuerzaHabana

Debe ser que me estoy poniendo viejo, no se....pero tuve que parar varias veces a limpiarme las lágrimas...

No es por la edad… tengo 23 y no pude contener las lágrimas…

ESo mismo digo yo, debe ser la edad o que uno se pone flojo, pero esta pena nos va a durar mucho, mucho tiempo, hemos tenido una semana estremecedora.

Entre Talles y Ensayos de Réquiem, Siá Kará”, pasamos varios dias en el Teatro Marti formo parte del ágora de la obra , fue impactante la noticia y pensar que todo el elenco y el personal tecnico pudo haber estado alli, fuerza a los familiares y amigos, Réquiem por los fallecidos

A duras penas he podido terminar de leer...que dolor, que tristeza. El alma se desahoga en lágrimas.

Sin comentarios, tuve el valor de leer estos testimonios, son impactantes FUERZA CUBA

EXCELENTE ARTÍCULO AUNQUE CONFIESO QUE NO PUDE TERMINAR DE LEERLO, DESISTÍ POR LAS LAGRIMAS. TREMENDO ACCIDENTE QUE EL PUEBLO DE CUBA NO OLVIDARÁ. FUERZA PARA LOS FAMILIARES DE LOS FALLECIDOS Y PRONTA RECUPERACIÓN PARA LOS LESIONADOS. MUCHA TRISTEZA ME EMBARGA.

Esa es la crónica! Y vendran muchas más...

Las lágrimas ruedan por mis mejillas, imposible no sentir tanto dolor y angustia al leer este artículo, es como vivir esos momentos de tanta desesperación. Mis condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos; pronta recuperación a los lesionados. Un agradecimiento infinito a todos y todas los que desde el primer momento estuvieron presente para prestar su mano.

Hermoso homenaje a todos, delicado artículo, con mucho sentimiento, revivi esos momentos de pánico por no saber que había ocurrido en verdad, trabajo cerca, volvi a sentir los ojos humedos mientras iba leyendo, por los que fallecieron, por sus familiares, por todos los que corrieron a ayudar, por los niños que no saben que pasa, por el miedo de sus padres al correr a buscarlos, profundo, sentido y hermoso artículo, gracias

Muy triste y doloroso, no conozco a ninguna de las víctimas del fatal accidente del hotel pero lo sufro como si fueran mi familia,leyendo y escuchando los testimonios no he dejado de llorar¡que triste! Mis condolencias a las 45 familias y que sepan que todos los cubanos con sentimientos Patrios tambien estamos llorando sus perdidas y deseo que todos los hospitalizados se recuperen. Gracias a todos esos héroes que hemos conocidos sus nombres y muchísimos que estarán en el anonimato.Gracias al gobierno,al personal de salud y a mi Pueblo que una vez mas demostramos Unidad,Solidaridad y Amor entre nosotros.yo no puedo ir a la Vigilia pero en mi casa hoy a las 7pm encenderé una vela por todos. Viva mi Cuba Valiente,Resistente y Solidaria

que tristeza...no pude...mucho dolor..muchas lágrimas.....en medio de tanto caos, escasez estos fenomeno....FUERZA HABANA, FUERZA CUBA

Coño, y no pido perdón por la palabrota. Que bien escrito, eso es periodismo. Al punto de que leyendo me corrieron las lagrimas más de una vez. Sentimientos encontrados por el dolor de todos y admiración por la manera de contar. Felicidades colegas

Excelente articulo, muy doloroso y desgarrador, no he parado de llorar , desde ese día todo es muy triste y desolador. Pronta recuperación para los lesionados,pedir porque los familiares de las victimas encuentren consuelo. Agradecer a todos los que de una forma u otra ayudaron en estos días en la que CUBA se estremecio.

Triste demasiado triste lo ocurrido, otro viernes negro en mayo, el primero el día del accidente del avión, ahora la explosión del Saratoga, dolor, familias que lloran a sus seres amados, sueños truncados, un país enlutado, ¿cuántas cosas pueden ocurrir en un instante?, un error humano, una falla técnica, una suma de factores que llevó a esta catástrofe. Muchas lecciones en muy poco tiempo, muchas experiencias que deben tomarse de ello. Para los hermanos que han muerto luz eterna, para sus familias mis respetos en estos momentos, ninguna palabra será suficiente para alentar. Gracias a los equipos de rescate y salvamento, al personal de salud, a los vecinos, a todos los que con buena voluntad lucharon por salvar vidas, por recuperar cuerpos. Mi repudio para quienes inescrupulosamente utilizaron un momento tan difícil para sus propósitos, algunos por centavos que un instante también pueden perder.

Al pasar el tiempo el dolor mengua, pero no acaba. Ahora a recuperarnos de este accidente y tomar experiencias de la desgracia vivida para nunca más vernos envueltos en algo tan doloroso. Fuerza a los familiares de las víctimas para enfrentar la ausencia de sus seres queridos.

Que tragedia tan grande, Cuba estremecida llora la partida de 45 vidas. Fuerza para sus familiares. El reconocimiento de un pueblo agradecido a todos los que de una forma u otra se mantuvieron dándolo todo en el lugar del siniestro. Una vez más Cuba y los cubanos han demostrado sus sentimientos de humanidad y solidaridad.

Impactante, triste, doloroso, conmueve, se llena el alma de dolor, los ojos de lágrimas, el pecho se oprime, un pueblo entero llora a sus hijos, víctimas del fatídico accidente y se solidariza con sus familiares y amigos. Qué valentía la de los cubanos, como dijera Fidel: ..."qué clase de pueblo tenemos"; no importa la edad, raza, sexo, religión, preferencia sexual, importa salvar vidas, importan los niños, el chofer atrapado en la guagua, los trabajadores atrapados bajo los escombros... eso no lo hablan los medios contrarios a la Revolución, no hablan de la capacidad de movilización del pueblo, de las fuerzas del MININT, los bomberos, los rescatistas, el SIUM, el MINSAP. #FuerzaCuba, para que la luz de ninguno de ellos se apague.

Muy tristes y emotivos los relatos de la tragedia. Pero me pregunto qué fue del cocinero que se dio cuenta de la fisura en la manguera al oler gas y cómo se conoció de su preocupación. Ke daría tiempo salir y avisar? Es de suponer este entre los fallecidos.

Por Dios que tristeza, corren lágrimas por mis mejillas con cada letra que leo. Toda Cuba llora a sus hermanos.

Impactante este artículo, me provocó muchos sentimientos, llevo muchos días pendientede de cada noticia, de cada actualización de los partes.

El relato me oprimió el pecho, tuve que parar varias veces. Muy lamentable el suceso.

perdimos en el accidente del hotel a nuestro amigo compañero de trabajo el cual fue jefe economico de la empresa de contruccion y montaje ueb 1 de santa clara juan antonio alfonzo Muy triste y doloroso,! Mis condolencias a las 45 familias y que sepan que todos los cubanos con sentimientos Patrios tambien estamos llorando sus perdidas y deseo que todos los hospitalizados se recuperen. Gracias a todos esos héroes que hemos conocidos sus nombres y muchísimos que estarán en el anonimato.Gracias al gobierno,al personal de salud y a mi Pueblo que una vez mas demostramos Unidad,Solidaridad y Amor entre nosotros.yo no puedo ir a la Vigilia pero en mi casa encenderemos una vela para ti juan antonio alfonzo

perdimos a un amigo a un compañero de trabajo juan antonio alfonzo tus compañeros de trabajo de la empresa contructora de montaje y arquitectura ueb 1 de santa clara nunca te olvidaremos y hoy estaremos encenderé una vela por todos. Viva mi Cuba Valiente,Resistente y Solidaria

Querida Dine, estoy seguro que este terrible accidente será por mucho tiempo un acontecimiento trascendental para tu joven carrera de periodista. Me sentí y me siento orgulloso de ti y tus colegas. Hay que tener temple para reportar un evento dantesco como el de la explosión en el Hotel Saratoga. Mi admiración y cariño.

murio nuestro amigo compañero de trabajo juan antonio alfonzo de la ueb1 empresa de contruccion y montaje de villaclara santa clara no te olvidaremos nunca y hoy encenderemos una vela por ti y por los otros 44 hermanos cubanos nuestro pueblo de luto y muy triste

Uuuuff se desgarra el alma, duele el pecho y salen las lagrimas, que dolor, que trajedia, un pais entero sufriendo y con la vista al trajico accidente, luto y consternación, dolor, pero valentía, solidaridad, heroísmo, Cuba es grande, es mi orgullo, es mi nacion, maldecida por muchos, amada por otros, con necesidades pero con un corazón infinito hacia los suyos, eso, me disculpa cualquier otro pais, no lo hay en ningún lugar del mundo, termos de cafe, agua fria, donación de sangre, Cuba es grande, Cuba es grande. Fuerza Cuba

Leer este articulo es como revivir lo ocurrido no tengo palabras para decir lo q siento solo se q mi pecho se oprime y x mi rostro solo corren lagrimas x dios q tristeza tan grande

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