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El cielo se tiñó de naranja en Castrelo de Miño (Orense) el miércoles a última hora de la tarde. Había nacido un nuevo fuego al los profesionales debían hacer frente tras dos semanas luchando, incansables, contra las llamas en toda Galicia. Comenzó calcinando 20 hectáreas, pero apenas un par de horas después ya había quintuplicado su tamaño. Según los últimos datos, ya son 147 hectáreas las que el fuego ha arrasado. A última hora de la noche se activó en este foco la Situación 2 de manera preventiva por la proximidad con la que las llamas se acercaban a las casas, pero, afortunadamente, esta medida ya fue descartada: el núcleo de población no corre peligro.

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