Cientos de personas despidieron con un desgarrador silencio al joven bombero vigués Jorge Corbacho. Una familia sin consuelo ante la mayor tragedia que pueden sufrir unos padres, estuvo flanqueada en el sepelio esta tarde, no solo por una multitud de jóvenes que fueron a darle su último adiós a su amigo, sino por más de doscientos bomberos llegados de distintos parques de Galicia que, a las tres de la tarde ya cubrían con los colores rojos y azules de sus uniformes, el acceso al tanatorio de Pereiró.

Sus compañeros de servicio de Santiago estuvieron acompañados por bomberos de Vigo, Ponteareas, A Coruña, Ourense y el Consorcio Provincial de Pontevedra en un encuentro espontáneo y sin precedentes en la comunidad con el que rindieron homenaje al compañero caído en acto de servicio y que, con tan solo 25 años, cosechó amigos en todos sus destinos, «por su profesionalidad, humanidad y bondad». Las muestras de dolor se sucedieron ante una tragedia sin explicación que enmudeció a todos los asistentes. Durante la jornada acudieron al tanatorio además representantes de distintas instituciones, como el alcalde de Vigo, Abel Caballero o el de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, que también asistió al entierro. De manera paralela, en distintos puntos de Galicia como en la Praza del Obradoiro o en el parque de bomberos de Ponteareas, que fue su último destino antes de incorporarse a la plaza que ganó tras años de constante trabajo y preparación, se convocaron minutos de silencio para recordar al joven.

En el tanatorio y en el camposanto, un silencio atronador de los que callan gritos de dolor y decenas de personas que buscaban consuelo en infinitos abrazos. Fue una ceremonia muy breve y familiar en la que el sacerdote oficiante destacó «la vida, la bondad, las ansias de ayudar y de hacer felices a los suyos» de Jorge Corbacho. Pese al abrumador dolor, la familia quiso agradecer las muestras de apoyo y cariño a través del sacerdote y ante el féretro de Jorge cubierto con su chaqueta de bombero. Abrazados en todo momento para poder resistir en pie rotos de dolor, los padres y la pareja del joven fueron después a pie hasta el cementerio cruzando el pasillo que todos los bomberos formaron para su despedida con honores.

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